Tanto Roncalli como La Fiesta Escénica son un referente por invertir en tecnología para no renunciar a la experiencia de los espectáculos con fauna, pero sin dañar a ningún ser vivo. El austríaco apostó por los hologramas y los argentinos de Oia por los animatrónicos, que son robots animados electromecánicamente. «Solo construimos animales que realmente forman parte del circo, porque lo que quiero es conservar el formato que todos tenemos en la cabeza y el corazón», dicen. En el 2010, tras dos años de trabajo e investigación parieron a los osos animatrónicos que, pese a ser de tamaño real, han viajado ya por los cinco continentes. Esta innovadora experiencia de crear animales artificiales para las pistas de circo, con apariencia externa y gracia de movimientos que los hacen adquirir un realismo admirable, ya ha tenido un reconocimiento mundial

Fuente : LA VOZ DE GALICIA